Según la directora general de Instituciones Penitenciarias, el Programa de Animales de Ayuda a Internos con Carencias Afectivas que ha puesto en marcha el penal de Villena "aborda una problemática profunda que tienen muchas personas y que está en la base de su falta de adaptación a la sociedad" como es la de la falta de afecto, la dificultad para las relaciones personales y la soledad.

A su juicio, esta experiencia "revela una extraordinaria sensibilidad" por parte de la dirección de la cárcel, que se acompaña de "un trabajo muy eficaz para mantener unos buenos niveles de seguridad en el centro".

Un interno del módulo 6, Sergio Guisado, valenciano y que ha cumplido cinco de los doce años a los que ha sido condenado, mostró hoy ante los periodistas su alegría por poder estar en contacto con animales a diario.

"Me gustan mucho los animales, pero hacía cinco años que no veía un perro y estoy muy contento. Esto quita muchos quebraderos de cabeza sobre los problemas que encuentras en la cárcel. Ahora estoy más tranquilo", relató.

Por turnos, de 9.00 a 13.00 horas y de 15.00 a 19.00, diez presos, cinco por cada uno de ellos, salen cada día a un pequeño campo de tierra situado en el recinto de la prisión para jugar con dos perros labradores y un pastor alemán y enseñarles a correr y a saltar.

Entre ellos hay tres chicos sordomudos y dos internas del módulo de mujeres y ahora pretenden construir para los canes una pista de obstáculos.

Mientras acariciaba a un cachorro de labrador entre sus brazos, Héctor, otro reo, en este caso preventivo y del módulo de menores, explicó que ésta es una de las mejores cosas que le han pasado durante el año que lleva recluido en Villena.