Si el dueño de un gato tiene un estilo de vida poco saludable, pone en riesgo a su mascota.Y es que los gatos enfrentan mayores riesgos de salud si tienen sobrepeso. Entre los problemas que con más frecuencia se observan en los mininos gordos están los males cardiovasculares, las disneas y las afecciones del aparato locomotor.
Las libras demás también influyen en el efecto de algunos fármacos (entre ellos los anestésicos) en el metabolismo, los predisponen a padecer diabetes, reducen su tolerancia al calor y hasta les acortan la vida.
No se descarta, claro está, que la obesidad sea un signo clínico de problemas en el sistema endocrino. El veterinario es el profesional idóneo para establecer si el gato está afectado por estos males.
Sin embargo, los propietarios pueden ser los directos responsables del sobrepeso
de sus mascotas, debido a sus estilos de vida. Es común que, además de no
dedicarles tiempo para jugar, les den golosinas y distintos tipos de alimentos
no balanceados, es decir, que aportan demasiadas grasas y carbohidratos.
Para detectar si un gato está obeso, es necesario ponerlo en la balanza. Un
persa puede llegar a pesar unas 9 ó 10 libras y los que no son de raza deberían
pesar, en promedio, entre 7 y 8. El otro método que se recomienda es la inspección visual, que consiste en mirar al gato desde atrás y ver si tiene cintura. También hay que palpar las costillas y las vértebras, que se deben sentirse claramente.