Un hombre de cuyo departamento agentes de control de plagas retiraron mil 300 ratas dijo que él compró originalmente unas pocas como mascotas, pero que son “una fuerza de la naturaleza” que se reprodujeron hasta escapar a su control.Roger Dier, quien fue citado por crueldad animal, dijo al diario The Press Democrat, de Santa Rosa, California, que la depresión y la soledad le impidieron controlar su población de roedores. “No hice planes de hacer esto”, dijo al diario. “Admito mi irresponsabilidad, y hay algo de flojera, negación, incompetencia y simple estupidez”.
“Fue esta fuerza de la naturaleza que me abrumó”, dijo.
Todo empezó hace cuatro años, cuando Dier compró una ratita para alimentar a su pitón india, dijo al periódico. Cuando vio que la criatura chillaba por su vida, no tuvo el corazón para permitir que se convirtiera en un bocadillo. “No pude aguantarlo”, dijo. “Saqué la rata de la jaula y me puse a conocerla”.
Después de eso, Dier quedó enganchado con los roedores, a los que describió como gentiles, amables y fuente interminable de entretenimiento. Luego compró otras cuatro en una tienda de mascotas, pero, dijo al periódico, no pensó en castrarlas o neutralizarlas.
Cuando funcionarios de control de plagas llegaron a la casa de Dier, un vecino se quejó del olor, encontraron ratas amontonadas en jaulas de seis niveles tan abarrotadas que a muchas les faltaban ojos y extremidades.
La mayoría de las ratas han sido sometidas a eutanasia, unas por estar demasiado enfermas o lastimadas, y otras porque nunca se socializó con ellas lo suficiente para ponerlas en adopción, dijo Nancee Tavares, gerenta de Petaluma Animal Services.